Dígale adiós al acné

El acné es una de las enfermedades más comunes de la piel y una de las principales consultas al médico. Tan solo en Estados Unidos más de 50 millones de personas, es decir el 15% de la población total, sufren con la aparición de espinillas, puntos negros y abultamientos de la piel que se presentan especialmente en la cara, brazos, hombros y espalda.

¿Cuáles son sus causas?

Las causas del acné son muy diversas, sin embargo, la principal está relacionada con cambios hormonales en hombres y mujeres durante la adolescencia, durante el embarazo y el periodo menstrual de la mujer. También existe un componente hereditario, que aumenta las posibilidades de sufrir acné en hijos de personas que han padecido esta enfermedad.

Es común que los pacientes que sufren acné, confiesen tener la autoestima baja por el estigma social que se crea alrededor de ellos. Además, existen muchas ideas equívocas sobre el origen de la enfermedad que juzgan a quien la padece, de no tener la higiene adecuada para prevenirla.

¿Qué pasa realmente en el organismo de una persona que sufre de acné?

La piel está compuesta por folículos pilosos o poros, cada uno con glándulas de grasa encargadas de producir el sebo necesario para lubricar el vello y la piel. Regularmente y bajo una actividad hormonal normal, estas glándulas producen la cantidad exacta de sebo, sin embargo, durante la adolescencia u otra etapa de cambios, su actividad puede verse afectada al punto de producir grasa en exceso.

El exceso de sebo, combinado con restos de polvo, impurezas y células muertas que no han sido removidas de la piel, obstruyen el folículo piloso y producen bacterias que quedan atrapadas haciendo que la piel se hinche y enrojezca: el comienzo del acné.

Prevención y tratamiento profesional

La limpieza es uno de los puntos claves para prevenir la obstrucción de poros y la proliferación de bacterias que causa el acné. Los tratamientos más efectivos para tratar esta afección y mejorar el aspecto y la salud de la piel incluyen:

  • Limpieza e hidratación profunda:
  • Este procedimiento se recomienda cada 15 días o de acuerdo con las necesidades del paciente. La extracción realizada por manos profesionales y bajo condiciones de asepsia y limpieza son clave para mejorar el acné. La hidratación profesional es igualmente importante ya que se debe controlar que los productos utilizados tengan la cantidad exacta de grasas sin excederse.

  • Peeling facial:
  • En algunos casos el tratamiento para el acné debe incluir un Peeling Facial con el objetivo de remover las células muertas y demás impurezas que empeoran su condición.

  • PRP :
  • Plasma Rico en Plaquetas: este novedoso tratamiento ha demostrado ser muy efectivo para mejorar la apariencia del acné activo, así como las cicatrices que ha dejado esta afección. Las plaquetas son pequeñas células que se extraen de la propia sangre del paciente y que tienen la función de liberar sustancias que promueven la curación; también desempeñan un papel importante en la regeneración de los tejidos mediante la atracción de células madre que reemplazan el tejido dañado.

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